lunes, 22 de octubre de 2007

noúmeno

En la charla del sábado 20 con Marta Zatonyi salieron a luz varias puntas teóricas que son interesantes para seguir reflexionando a la par de nuestras prácticas fotográficas.
Como por ejemplo, el noúmeno Kantiano.
En la última tesis de la Crítica de la razón pura, Kant demuestra que nuestra razón no basta para descubrir lo que él llama el noúmeno. Por ejemplo, si veis un objeto, tenéis la impresión de que es un objeto blanco hecho de cierta forma, etcétera. Pero basta ponerse unas gafas amarillas para que todo cambie. Imaginad una hormiga que mira el mismo objeto y no lo ve más que en dos dimensiones y no tres. Pues bien, para una hormiga o para una persona que se ponga unas gafas amarillas, el objeto cambiará.
Kant se pregunta si la razón pura puede descubrir el objeto en sí, objetivamente, con independencia de nuestras maneras de percibirlo. Comprueba que es imposible; nunca podemos saber lo que es el noúmeno, lo absoluto, en sí, independientemente de nuestras percepciones. estamos limitados al mundo fenomenológico.
Nuestra razón debe limitarse al mundo fenomenológico.
El fenómeno es lo que yo veo según mi facultad y mi forma de ver las cosas: esta flor en mi ventana es roja, en el tiempo y el espacio. Es el fenómeno. El noúmeno (lo absoluto) consiste en preguntarse: ¿cómo es la flor, no para mí, sino en sí?

Siguiendo con los apuntes Kantianos, ya que tuvo ideas fulminantes que lo transtornaron todo, encontramos que : el tiempo y el espacio no son una propiedad de las cosas sino una propiedad del sujeto.
Para que una cosa exista para nosotros, debemos inyectarle tiempo y espacio.
Dice: "Hay tres razones por las que el espacio no existe en el mundo objetivo, fuera de nosotros, sino que es parte integrante de nuestra conciencia"
Primer argumento: El espacio no surge de ninguna experiencia, sino que es la condición inevitable de toda experiencia. El espacio no es objeto, sino la condición de la existencia del objeto. El espacio no proviene de la experiencia.
Segundo argumento: El espacio no es un concepto obtenido por deducción. No podremos comprenderlo como concreto, puesto que no es un objeto; el espacio es intuición pura, es decir no es una cosa, sino la condición para cualquier cosa, porque lo tenemos en nosotros mismos.
Tercer argumento (consecuencia): la intuición del espacio es la condición inevitable de nuestros juicios sintéticos a priori; es lo que otorga realidad objetiva a las cosas.
Sin esto no hay más que impresiones.

Estos apuntes que vienen un poco a adherirse a lo planteado en la charla más algunos fragmentos de W. Gombrowicz acerca de Kant nos señalan que a través de la filosofía, la conciencia humana en marcha se descubre a sí misma; Hegel lo expresará de forma magnífica: -no se trata de preguntar si hay que filosofar o no. Filosofamos porque es obligatorio. Es fatal. Nuestra conciencia se plantea cuestiones y hay que intentar resolverlas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Abrazo

Unknown dijo...

Estoy flipando con este señor...

Unknown dijo...

Interesante.