sábado, 17 de noviembre de 2007

Propuesta de Constanza Vicco: Diana


Un final en el comienzo.

Tras darle vueltas a una reflexión que siento inherente a lo que hago, doy con esta imagen que produje ¿azarosamente? ¿destino? ¿fatalidad? ¿qué del accidente y qué de mí? hace unos cuantos años y que quedó en una especie de limbo.

Pasó que a mi cámara, Diana, le pasa por arriba un auto. Este hecho de por sí me pone en una situación de final. Ya no habría más Diana, no más fotos con mi Diana era todo lo que podía pensar. Cuando abrí el bolso para revisar los daños encontré que no quedó de ella más que la película expuesta de ese instante. Inmediatamente cerré el bolso. Guardaba la intención de ver qué de lo que había fotografiado ese día se podía salvar.
Lo que ocurrió fue que la imagen que se imprimió tras haber abierto el bolso, con sus rastros de cámara pegados a la película es una explosión de luz que por muy poco no llegó a invadir los registros anteriores. Mi preocupación estaba centrada en la pérdida de un resultado que sólo conseguía con esa cámara. Si es tan así o no, ya no importa mucho, el tiempo lo diría y eso lo sé ahora. Resultó que en este caso “la última foto” eran dos: el fotograma anterior al quiebre (que milagrosamente sobrevivió la edición y quedó casi intacto) y la explosión de luz, una rareza. Copiar esa foto fue una curiosidad, algo que no imaginé que tuviera una continuación. También fue un modo de sublimar y cerrar la pérdida de una cámara que en aquel entonces era para mí, difícil de conseguir y otro tanto de dejar ir. Hacíamos una buena dupla, la estábamos pasando muy bien juntas. No habría más cámara pero quedó el registro de un accidente…
Un giro, y otra vez, un final en un inicio: hoy recurro a esa foto, o mejor aún, a las circunstancias que la generaron. Situar este hecho no provocado es mi propuesta inicial, como dice Flusser “…una escena en la que lo significativo no son los propios elementos, sino las relaciones entre ellos…” Liberada, tras todo lo dicho, se desprende esta obra a la que llamo “Diana”. Y al elegir un nombre decido investigar un poco más acerca de su origen, la razón de su significación y de su forma. Para asociar, para jugar, para atar cabos, y quizá, para comprender un poco más su particular impronta.

a) Según el diccionario
diana.(De día).
1. Toque de una agrupación musical que señala el comienzo de un día festivo.
2. Punto central de un blanco de tiro.
3. Blanco de tiro, constituido habitualmente por una superficie en la que hay dibujadas varias circunferencias concéntricas.
4. Órgano o célula donde se dirige la acción de un reactivo, un medicamento, una enzima, etc.
1. hacer diana. Acertar en la diana, atinar.

b) Otras versiones:
b) Otras versiones:
Nombre Femenino de origen Latín.
Del latín día, la del día.
Llena de luz divina.
Diosa de la luna
la del día, la diurna; del latín diviana: divina.

La etimología de su nombre es simplemente ‘la Diosa’. Según la mitología romana Diana era la diosa de la caza y la naturaleza. En su complicada historia como deidad romana hay un pequeñísimo detalle que rescato:

"…Cuando se encuentra con su padre Zeus, la niña pide un raro favor: quiere tener el privilegio de ser portadora de la luz... poderoso dios y humano personaje, le hace gracia la petición de la niña y le concede todo lo reseñado…”

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